En su discurso previo al rezo del Regina Caeli, y con motivo
de la Jornada Mundial de Oración por la Vocaciones, el Papa
Benedicto XVI animó a no temer dar respuesta a la llamada de Dios porque
es en la Iglesia donde se descubre que la vida de cada
hombre es una historia de amor.
Ante los miles de peregrinos que abarrotaron la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI recordó que los jóvenes que se consagran al sacerdocio “no son diferentes de los demás jóvenes, sino que han sido tocados profundamente por la belleza del amor de Dios, y no han podido evitar de responder con toda su vida”.
Entre
los miles de fieles también se encontraban los participantes del encuentro
europeo de estudiantes universitarios organizado por la Diócesis de Roma con
ocasión del primer aniversario de la Beatificación del Papa Juan Pablo II, a
quienes Benedicto XVI prometió unirse en oración para la Vigilia que tendrá
lugar en Tor Vergata, ante la gran Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud
del año 2000.
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